Es universalmente aceptado que el cuadro de Rembrant “Lección de anatomía del doctor Tulp”, encargado por el Gremio de los Cirujanos, es uno de los iconos de la Medicina. En el mundo de la Farmacia no existe tanta unanimidad, y aunque evidentemente Frans van Mieris (1662 – 1747) no es Rembrant, se trata de uno de los maestros de la pintura holandesa. En su obra “El farmacéutico” refleja con claridad rasgos fundamentales de la profesión. Se ve a un boticario elaborando una fórmula apoyado en un grueso libro que probablemente sea una Farmacopea. La receta está sobre la mesa y él efectúa de manera cuidadosa una pesada a la que presta toda su atención. Por su indumentaria, con casaca y pañuelo al cuello, puede apreciarse que se trata de un burgués con una cierta capacidad económica. Albarelo, redoma, mortero y plantas se encuentran a su alrededor. Su concentración denota que quiere evitar cualquier interferencia y que su compromiso con el trabajo que está desarrollando es total. A su lado aparece una mujer sosteniendo otra receta. Su vestido y delantal denotan igualmente un buen nivel social. No lleva tocado en la cabeza, por lo que puede suponerse que se encuentra en su casa y que posiblemente se trate de la esposa del farmacéutico. La mano sobre el hombro añade un signo de familiaridad y su mirada es de admiración, pero también colaborativa en la tarea, como de revisión de la misma. Él parece acostumbrado. Trabajan en equipo.
Pablo Martínez Segura, 13-07-2015.
Publicado en el Blog del COFM el 30-07-2015
http://blog.cofm.es/farmaceutico-frans-van-mieris-esencia-profesion/
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