En
este mismo blog hemos nos hemos referido a los farmacéuticos
inventores de bebidas como Antoine
Peychaud, farmacéutico de Nueva Orleans que creó los “cocktails”;
W.B. Morrison, farmacéutico texano que desarrolló la soda
Dr.Pepper, y, el más famoso de todos, John S. Pemberton,
farmacéutico de Atlanta que inventó y patentó la Coca Cola. Hay
cientos de referencias sobre estos farmacéuticos en la literatura
mundial. Por ello es oportuno y hace auténtica justicia que José
María de Jaime Lorén,
profesor de Historia de la Farmacia de la Universidad CEU Cardenal
Herrera, acabe de publicar “Agustín
Trigo Mezquita, farmacéutico valenciano inventor del Trinaranjus”,
(Trina. Teruel 2016, 232 págs.) .
La
biografía, excelentemente documentada, nos aproxima a la
personalidad de un farmacéutico industrial, que actuó siempre
apoyándose en la ciencia y que tuvo incursiones destacadas en el
mundo de la política. Sintetizando lo recogido por el Profesor de
Jaime Lorén, podemos esbozar lo recogido en su libro, cuya lectura
recomendamos.
Agustín
de Trigo Mezquita
(1863 – 1952), valenciano, se licenció en Farmacia en la
Universidad de Barcelona en 1888 y obtuvo el grado de doctor en la
Universidad Central (Madrid) en 1982, con un tribunal del que formaba
parte el Profesor José Rodríguez Carracido. Fue ayudante en el
Laboratorio valenciano del Dr. Vicente Pesset y en 1896 fundó la
instalación industrial “Laboratorio Químico Farmacéutico del Dr.
Trigo”, ubicado en la calle Sagunto 144, de Valencia. El currículum
del Dr. Trigo es abultado: ingresó en la Academia de Medicina de
Valencia en 1905, militante del Partido Unión Republicana
Autonomista, tras las elecciones municipales de abril de 1931 fue
nombrado alcalde de Valencia, etapa en la que impulsó la
constitución de una comisión regional para redactar el Proyecto de
Autonomía Valenciano. Ocupó, asimismo, la presidencia del Centro
Farmacéutico Valenciano, fue secretario y posteriormente presidente
honorario del Colegio de Farmacéuticos valenciano, y fue miembro
desde 1942 y y 1947, respectivamente, de las Reales Academias de
Bellas Artes de San Carlos y Nacional de Farmacia.
Con
respecto al Trinaranjus, es una historia de superación. Se inició
en 1894 con la magnesia efervescente al limón puro y siguió en 1924
con “Narangina”, concentrado de zumo de naranja, diluido,
gasificado y enriquecido con los coloides extraídos de dichas
frutas. La “Narangina” se presentó en la Feria de Marsella de
1935 y el Dr. Trigo vendió su patente a León Betón que la
comercializó como “Orangina” y después la vendió a la
compañía Schwepps Internacional. Pero desde 1933, Agustín Trigo
había desarrollado un nuevo refresco, “Trinaranjus”, que se
diferenciaba de la “Narangina – Orangina” en no estar
gasificada, en ser un refresco sin burbujas. Después de la Guerra
Civil el “Trinaranjus” siguió ganado consumidores. Tras la
muerte del Dr. Trigo, su hijo Agustín Trigo Miralles vendió con
éxito la empresa a Cítricos y Refrescos, S.A., y al cabo de los
años, al igual que ocurrió con la “Orangina”, ha pasado a ser
propiedad de Schwepps Internacional.
Pablo Martínez Segura 07-07-2016
Publicado en Blog del COFM el 18-07-2018
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