La
ruinas de las ciudades romanas de Pompeya y Herculano, próximas a
Nápoles, sepultadas por la ceniza tras una erupción del Vesubio en
el año 79 de nuestra era, fueron excavadas por primera vez a
mediados del siglo XVIII cuando en Nápoles reinaba Carlos
VII,
que luego sería rey de España con el nombre de Carlos
III.
Los trabajos continúan durante todo el siglo XIX, pero fue en siglo
XX, tras el nombramiento de Amedeo
Maiuri
como director del yacimiento en 1926, cuando se llevaron a cabo los
principales descubrimientos con rigor arqueológico.
La
revista “Wiadomosci
Farmaceutyczne”
(Noticias Farmacéuticas) publicó en 1929 una carta del farmacéutico
polaco E. Ganszer
describiendo una farmacia descubierta en las ruinas de Pompeya. Una
traducción de dicho artículo fue publicada el 1 de abril de 1929 en
la revista “La
Farmacia Española”
(pág. 136). Para ponernos en contexto, debemos explicar que “lupa”
en latín significa loba, que es como se conocía a las prostitutas,
“lupanar” es la forma en la que se denominaba a los burdeles en
el Imperio Romano. Pues bien, la carta de Ganszer
explica que tras excavar la calle de los lupanares de Pompeya se
encontró un local en cuya fachada había dos serpientes enroscadas
que fue identificado como una farmacia. En su interior se encontraron
numerosos utensilios farmacéuticos y restos de medicamentos que se
conservan en el Museo de Nápoles y en el Museo de Pompeya. No
obstante, lo que más llamó la atención del farmacéutico polaco es
un letrero muy deteriorado por encima de las dos serpientes
enroscadas en que se podía leer: “Vagabundos
nocturnos, seguid vuestro camino. Lo que buscáis, lo encontraréis
en la puerta siguiente. Aquí no debéis dirigiros sino después,
para buscar el remedio”.
Nuestro cronista indica que “el pobre Esculapio, avécindado con el
impúdico Priapo, debía ser la víctima constante de los errores de
la dorada juventud pompeyana o de los marinos griegos, vagando beodos
en busca de voluptuosidad”.
El
apunte es acertado ya que griego era el origen en la sociedad romana
tanto de médicos–farmacéuticos como de las lobas. No podemos
olvidar que, natural de Pérgamo, actual Turquía, fue Galeno (129
-199), prototipo de los médicos y divulgador del conocimiento sobre
los fármacos elementales.
La
ilustración es un foto montaje, que partiendo una una imagen real de
una de las calles de las ruinas de Pompeya, ha añadido una fantasía
del Vesubio en erupción y la imagen de las serpientes enroscadas en
una de las fachadas.
Pablo Martínez Segura, 24-04-2017.
Publicado en el BLOG del COFM el 22-05-2017
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