Médicos de toda España se manifestaron ayer 7 de marzo en Madrid entre Ministerio de Sanidad el Congreso de los Diputados. Estaban convocados por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) y contaban con el apoyo y presencia explícita del Foro de la Profesión Médica.
Numéricamente, unos 1.500, fueron menos que en una convocatoria similar celebrada el 21 de marzo del año pasado, pero eso no es lo importante. Lo que puede destacarse es que al cabo de un año las cosas no han mejorado en absoluto, están incluso peor, y las reivindicaciones de los médicos representan la sostenibilidad / supervivencia del Sistema Nacional de Salud. Sin él no hay acceso equitativo a la asistencia sanitaria y, en consecuencia, se acentúan los desequilibrios entre españoles.
Los médicos que ayer clamaban por mejorar los presupuestos de la sanidad pública, por revertir los recortes aplicados durante la crisis económica, conseguir las estabilización de sus puestos de trabajo, mejorar la planificación y la formación y acudir de inmediato en auxilio de la Atención Primaria, puerta del sistema en situación agónica, podían ser numéricamente menos, pero no puede obviarse que son la punta de lanza, la gente comprometida y que tira para adelante en hospitales, centros de salud y servicios de urgencia extrahospitalaria. Son, algunos los mismos y otros más jóvenes sometidos a las mismas condiciones de presión, los que en una situación cada vez más similar en mayo de 1995 iniciaron una huelga nacional de médicos que consiguió algunas mejoras en el maremágnum de entonces.
Los médicos que se manifestaron ayer, en representación de todos sus compañeros, estuvieron muy bien denunciando y señalando los problemas que les acucian. Advirtiendo que la situación es cada más crítica. El calendario electoral, sin embargo, no es nada propicio para ellos. La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, tuvo reflejos, actúo bien, políticamente impecable. Recibió, sin cita previa, a los representantes de los manifestantes y les escuchó. Pero ni tiene tiempo material de hacer nada, ni el Ministerio cuenta aparte de un posible liderazgo si se lo gana, en un escenario de sanidad transferida.
Los que deben tomar nota son los responsables de sanidad de los partidos que concurren a las elecciones autonómicas del próximo 26 de mayo. Posiblemente las más abiertas en cuanto a posibles resultados en la historia de nuestra democracia. Los problemas de la sanidad, que los médicos evidencian, pueden estallar en cualquier momento. Bien harían esos políticos en tenerlos en cuenta y empezar a hablar con los profesionales y planificar posibles soluciones.
Pablo Martínez Segura, 08-03-2017.
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